Director : Roy Stuart
Año: 1999
País: Francia
Intérpretes
Anna Bielska (Anna Biella)............ Giulia
Tina Aumont ................................. madre de Giulia
Laurent Abry
Alessandro Corsini ....................... Gustavo
Alejandro Gagossian .................... Eric
Elisa Ber
Carine Boulanger
Eric Brossard
Sinopsis
Tina Aumont ................................. madre de Giulia
Laurent Abry
Alessandro Corsini ....................... Gustavo
Alejandro Gagossian .................... Eric
Elisa Ber
Carine Boulanger
Eric Brossard
Sinopsis
Giulia es una joven estudiante de danza que quiere visitar Roma. Después de discutir con su religiosa (obsesa enfermiza) madre y hermana sobre la relación que hay entre el cuerpo y el placer, trabaja en un show porno para ganar dinero y que su profesor de arte y ensayo crea en ella. Finalmente visita la ciudad eterna mientras nos cuenta historias de seducción y erotismo lésbico descarado.
Comentarios
Esta película de Roy Stuart primero fue un cortometraje más entre las doce historias eróticas producidas y presentadas por Tinto Brass. Tinto es un director italiano (1933) que se caracteriza por sus películas de softcore donde la figura femenina se eleva al cuadrado. Según Tinto: ‘la mujer no es el objeto sino el sujeto del deseo’, aunque estas palabras no le salvan de ser considerado un vulgar machista engreído que se aprovecha de jóvenes actrices vírgenes para sus lujuriosas películas. En cualquier caso cabe suponer que seguramente sus detractores no han visto sus películas, o que las han visto con ojos de ‘nuditas criminalis’, mientras que su público fiel se queda con su ‘nuditas virtualis’.
Por otra parte el director de Giulia añadió escenas porno que se integran perfectamente en el discurso de su método cinematográfico, en particular destacar la escena en que Giulia se exhibe en profundidad en un show porno ante un público entregado con el sexo en la mano (literalmente). Esta escena es muy cercana a la actuación de cabaret que muestra usualmente Jess Franco en todas sus películas, y por el tono y color del momento es uno de los más bellos y mejor logrados para el placer visual del espectador aletargado.
Por lo demás el aire surrealista de la acción se parece más a un Dalí Robbe-Grillet con ataques urinarios a la pared del Vaticano que firmarían el propio Buñuel y Jess para protestar de la desafección de la Iglesia a su obra.
Los toques tintos de Brasss me motivan para ver las once historias restantes de su colección y dar fe de ellas en próximos post. Y como no sólo de pequeñas historias vive el hombre también tendremos que investigar la filmografía de Tinto.
Comentarios
Esta película de Roy Stuart primero fue un cortometraje más entre las doce historias eróticas producidas y presentadas por Tinto Brass. Tinto es un director italiano (1933) que se caracteriza por sus películas de softcore donde la figura femenina se eleva al cuadrado. Según Tinto: ‘la mujer no es el objeto sino el sujeto del deseo’, aunque estas palabras no le salvan de ser considerado un vulgar machista engreído que se aprovecha de jóvenes actrices vírgenes para sus lujuriosas películas. En cualquier caso cabe suponer que seguramente sus detractores no han visto sus películas, o que las han visto con ojos de ‘nuditas criminalis’, mientras que su público fiel se queda con su ‘nuditas virtualis’.
Por otra parte el director de Giulia añadió escenas porno que se integran perfectamente en el discurso de su método cinematográfico, en particular destacar la escena en que Giulia se exhibe en profundidad en un show porno ante un público entregado con el sexo en la mano (literalmente). Esta escena es muy cercana a la actuación de cabaret que muestra usualmente Jess Franco en todas sus películas, y por el tono y color del momento es uno de los más bellos y mejor logrados para el placer visual del espectador aletargado.
Por lo demás el aire surrealista de la acción se parece más a un Dalí Robbe-Grillet con ataques urinarios a la pared del Vaticano que firmarían el propio Buñuel y Jess para protestar de la desafección de la Iglesia a su obra.
Los toques tintos de Brasss me motivan para ver las once historias restantes de su colección y dar fe de ellas en próximos post. Y como no sólo de pequeñas historias vive el hombre también tendremos que investigar la filmografía de Tinto.
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